ASOCIACION COLOMBOFILA
DE TEPATITLAN

Coraje en el aire






                                                   “CORAJE EN EL AIRE”
                                                               Por Zirahuen Ortiz - noviembre 2013
 
Dejaba el bebedero encima del bloque de ladrillo, para cuando terminaran de comer mis voladores del palomar de pichones bebieran agua fresca de garrafón como todos los días.
No importa que el garrafón de agua este caro, es la única manera de evitar otro vector de contagio de alguna enfermedad indeseable a través del agua de bebida.
He pensado poner un filtro de agua para beber, el agua de “la red potable”, de Guadalajara ha ido demeritando su calidad cada día, una vez sale de la llave de color blanca, otro día de color oxido, el olor no es el que uno esperaría para que sea apta para consumo, etc.
¡Carajo! , ese pichón se ve triste y con el plumaje erizado, lo tomé y lo revisé, estaba muy delgado y se oían algunos ronquidos de sus pulmones, lo baje del palomar de vuelo y lo dejé en cuarentena en una cesta que siempre tengo de hospital, para tratar a mis palomas en crisis.
He oído decir muchas veces, -no te arriesgues, lo débil se desecha y además evitas posibles contagios en tu colonia de vuelo, yo cualquier síntoma de debilidad, “Cuello”, como decía un chinito muy conocido en México, “Copelas o Cuello”-
Pasaron los días y el pichón de color rodado oscuro empeoraba, cada día estaba más delgado y su respiración era más difícil, como si le faltara oxigeno.
-Te pasas Felipe, no te da pesar ver este pobre animalito sufrir, deja te ayudo a sacrificarlo, la verdad que eres una alma piadosa-, pero no hice caso a un compañero que vino ese domingo a palomear toda la mañana.
Este rodado era de una estirpe de palomas en el que tenía esperanza de lograr un resonante triunfo de ochocientos kilómetros, su mamá era una paloma azul, hija de una paloma rodada oscura casi tapada de nombre la Beti de la línea de los payasos de Irineo Gutiérrez, se la había comprado a Javier Ávalos de la colonia del Sur en Guadalajara.
El papá era un palomo rodado oscuro que me regalo Pepe Molina,-Felipe te voy a adelantar tu regalo de cumpleaños, toma el pedigrí, voy a bajar del palomar tu regalo-
En el pedigrí decía “de la campeona de Los Mochis, ochocientos kilómetros, hija de un Vanbruane rodado regalo de Héctor Reyes”
En todos lados se oía que ya estaban soltando en carretera,-ya llevo tres sueltas de Yahualica-, -ya voy en mi tercer Zapotlanejo-, y mis palomas en casita terminando de pelechar.
El Africano, así se llamaba mi pichón enfermo, después de tres meses de estar casi al borde de la muerte se fue recuperando, -qué pasó campeón te ves mejor este día- dos veces al día le daba agua con sus antibióticos con una jeringa muy delgada y bajaba a la cocina a moler sus granos con un poco de miel en la licuadora, colaba todo y quedaba una mezcla lechosa, tres jeringas con su comida molida y una jeringa de agua con sus antibióticos.
Me decía mi esposa -ya vienes de susurrar a tu paloma, te pareces al señor de los caballos-, haciendo referencia a un libro que se llama “El señor que susurra a los caballos”, que después Robert Redford llevo a la pantalla como “El señor de los caballos”.
Un día subí y el africano estaba temblando y se iba solo para adelante, con una debilidad que apenas podía sostenerlo, llevaba días sin comer, me acorde del “Chaury” compañero colombófilo que me dijo que el molía pellets con agua y ayudaba a alimentar a los pichones a sus padres.
Tiene hipotermia pensé, por eso el temblor de todo su cuerpo, como no ha comido en varios días, y así empecé con su comida molida, le hacía piojito en su cabeza y le susurraba palabras de aliento,-cuando vengas de tus primeras sueltas de carretera, el olor del campo y el viento en tu cara, te harán reflexionar de dar gracias a Dios por haberte dejado pasar esta prueba en tu vida, le agradecerás que valió la pena el sufrimiento por estar lleno de vida-
Africano comenzó a ganar peso y los ronquidos de su pecho ya no se escuchaban, el mes de abril gano en temperatura y facilito su recuperación, lo subí a la semana al palomar, el ya estaba aclimatado antes de que enfermara y desde que lo solté se subió a su lugar que había escogido desde chico y lo peleo con valentía, el de más arriba y pegado a la pared.
Las sueltas comenzaron con kilometrajes cortos en las cuatro direcciones del palomar, -que ridículo me veo soltando del periférico-, me ponía gorra y lentes oscuros para que no me reconocieran, todos ya iban como siete idas a Yahualica y este payaso soltando del cerro de la reina en Tonalá.
Pero así siempre lo he hecho y esta ruta no era la excepción, seguridad, que sientan confianza y seguridad de saber regresar a casa , para que las estreso por nada, faltan dos meses para el primer concurso, siempre oigo, -están embuchadas mis palomas-, -encontré grano vomitado en el piso del palomar-, llegue al punto de suelta y las cestas llenas de grano vomitado-, siempre he dicho que no son más que palomas estresadas por tanto trabajo en carretera, nunca he tenido ese problema en mis palomares de vuelo.
Antes de soltar a cada paloma sus palabras de aliento, susurrando en sus oídos…, no me importa que me vean al fin traigo gorra y lentes oscuros.
Africano termino su pelecha total y se sentía sedoso y sus ojos color violeta con un signo del ojo de color negro y muy ancho, llenos de color y vida, pero solo volaba sus sesiones en el palomar.
Comenzaron los concursos de esta ruta de pichones y la competencia era muy complicada, en todos los palomares había pichones de gran calidad.
Para el concurso de trescientos ochenta kilómetros desde Huichapan, tenía planeado hacer solo tres sueltas cortas desde cuarenta kilómetros.
Temprano del día martes subí a encestar a las palomas y en un arranque temerario de esos que tenemos los palomeros, agarré al Africano, lo ausculte y le susurre al oído, -como ves campeón, ¿te avientas tu primer suelta de carretera?-
Y lo metí a la cesta, al llegar al punto de suelta de Tecomatlán, Jalisco, acomodé las cestas en el piso y solté la parvada, agarraron rumbo correcto hacia Guadalajara, el africano salió batiendo las alas con fuerza y gran seguridad, la parvada se me perdió de la vista en un minuto.
El día siguiente tome al africano y le susurre al oído, -vamos campeón tu segunda suelta en carretera, para que disfrutes del olor del campo y bebas el aire de frente cuando estés aleteando de regreso a casa-
La tercera suelta de la semana el día jueves solté de dos en dos y al africano lo solté con el rojito de la línea de Germain Imbrecht,  salieron como dos carros de carreras, a gran velocidad y sin dar una sola vuelta.
Al llegar al palomar no todo era color de rosa…
¡Pero qué Güey fui!
No dejaba de lamentarme, -perdí tres aves de esta suelta del jueves, ¿No se qué pasó?-, el africano y el Imbrecht no regresaron de la suelta.
¿Para qué solté al africano?, seguía lamentándome después de quince días de que lo había perdido, le había hecho la lucha hasta casi el final de sus fuerzas cuando estuvo enfermo; y lo mande a perder, en un arranque temerario de palomero.
“En la vida hay que pensar bien y repasar tres veces, si se puede más, antes de tomar una decisión importante, un arranque temerario en una toma de decisión puede cambiar para siempre un resultado que podemos lamentar siempre”.
Termino la ruta de pichones y me tocó una ruta de esas sin pena ni gloria, no tuve suerte de ganar un solo diploma, “Hay rutas si y hay rutas no”, eso lo he aprendido bastante bien, pero no por eso voy a sacar o eliminar a mis reproductores que llevo trabajando casi toda una vida, he tenido rutas muy buenas y otras buenas, “en el juego de la palomas de carreras hay muchos factores que deben coincidir para obtener diplomas”, he aprendido que “cuando el gen egoísta no llega, hay que tener paciencia, mucha paciencia”.
Palomares excelentes y súper ganadores lo saben y siguen trabajando sus familias de palomas año tras año.
“En cualquier cultivo ganador salen muchísimos desperdicios, palomas sin valor, el juego de la ruleta de la herencia es muy caprichoso y el factor suerte muchas veces es el que regala o no regala el preciado don, la combinación de los genes es otro misterio de la Creación del Padre”
No hay que preocuparse de los detractores que solo esperan un tropiezo para querer darte una zancadilla en el otro, -estás frito amigo, Dios te bendiga, que malísimo es, está para llorar, es la decadencia de un palomar que nunca fue bueno, te digo que sus palomas son muy malas-
Son los mismos que se acercan en las rutas buenas y te dicen, -Siguen dando los rodados, esos rojos son perrísimos, que bien entrenas, excelente marca, hay te encargo un pichón-
El colombófilo siempre deberá mostrar madurez y mesura, el juego de las palomas de carreras es un hobby, siempre debemos pensar que las palomas son nuestra diversión, pero también entiendo a los palomares que yo llamo “mercenarios de la colombofilia”, ellos invierten mucho dinero aunque las palomas pasen a segundo término,  para estos mercenarios de la colombofilia los primeros lugares son lo primordial, pero solo por el dinero en juego.
El ritual del fin de semana de los palomeros, limpieza de palomar, limpieza de bebederos y comederos, y desde luego sobar palomas y soñar, escudriñar y tratar de adivinar, que más encuentro en la paloma ganadora, en el reproductor que me ha dado varios hijos diplomados.
Pero al abrir la puerta del palomar de los voladores…
¡Ah cabrón!
Y ese rodado que está en el paradero de abajo, ¿no es el africano?…
Entre al palomar de vuelo con el ritmo cardiaco acelerado, me pegue al entrar con el travesaño, lo tomé en las manos…
Un ala caída, le colgaba y tenía una bola en la coyuntura del codo, el esternón morado y se sentía un fuerte golpe, toda la piel desde el buche hasta las pelvis eran un cuero con carne seca renegrida de sangre, una de las patas le colgaba, estaba rota de arriba del muslo.
Africano apenas se podía subir al paradero de abajo, diez centímetros del piso, ¡Increíble! , todavía no puedo entender ¿cómo pudo volar hasta su palomar y llegar al mismo si estoy en el tercer piso?…
“Solo nuestro Padre Eterno y el africano saben cómo pudo ser posible esa proeza”
Más de dos meses perdido con esos golpes y mal alimentado, africano tuvo su segunda oportunidad de vivir.
 “Solo un ser con carácter de héroe puede lograr grandes cosas en la vida, no importa que llegues hasta abajo del abismo de la vida, ni importa que bajes a lo más mínimo, mientras tengas vida te darás cuenta que no pasa nada, y que solo importa el amor de Nuestro Padre Celestial, algunas veces nosotros mismos debemos bajar hasta el fondo, solo para darnos cuenta que algunas personas que nos quieren tener temerosos y que te hacen la vida imposible porque están arriba de ti , son debido al mundo en evolución en que vivimos, para que estresarnos de más, si así son las reglas de un mundo evolutivo”
Africano sanaba lentamente, pero siempre mostraba ese coraje de paloma pura sangre, sacaba a la parvada a volar y él desde adentro del palomar, aleteaba con su ala colgando mirando a la parvada y hacía los hombros con movimiento de arriba abajo como queriendo despegar del piso.
¿Cómo es posible que un ser viviente dañado como estaba, tenga el coraje para querer salir a batir sus alas?
“Solo un ser con gran carácter y determinación puede lograr en la vida lo que se proponga, si es la Voluntad del Padre que está en el cielo”
“Es por eso que nunca hay que rendirse ante nada, ni antes de comenzar cualquier proyecto, al final si las cosas no salen bien podrás decir con firmeza y carácter, cuando menos lo intente”
Ojala que esta historia de africano nos de un ejemplo vivo de que con voluntad y firmeza la vida y sus obstáculos son superables para ser un ganador.
Al año africano volaba queriendo alcanzar el ritmo de la parvada, pero siempre volaba de lado, debido al problema de su ala que quedo dañada, emplumo después de las lluvias y su plumaje era el mismo de antes, en el esternón solo se sentía un pequeño golpe que al pasar la mano era un pequeño vado en el centro del mismo.
Lo saque a volar debido a que siempre que sacaba a la parvada, el se lanzaba contra la puerta y se agarraba con las patas del alambre dañando las plumas de las alas queriendo salir a volar.
En la siguiente ruta de adultas lo lleve a varias sueltas de entrenamiento hasta cuarenta kilómetros, algunas veces llegaba atrasito de la parvada y otras muy atrás.
Lo llevé a tres sueltas de cien kilómetros y en palomar salía a sus sesiones de vuelo igual que las demás.
Africano mostraba una gran cualidad, se veía que hacía con gusto sus vuelos diarios, para él no era trabajo lo que hacía, era su elemento, era parte de su vida, nunca se veía cansado, bajaba con la parvada y se lanzaba otras tres o cuatro vueltas de ladito solo.
“En la vida que vivimos arriba de esta esfera celestial que llamamos tierra, que difícil es para alguien estar en el lugar equivocado, un lugar que no le corresponde, siempre le será pesado levantarse y más difícil le será el acostarse, atormentándose por no estar a gusto en donde está”
“El que está a gusto con lo que hace, goza la vida, las dificultades y los obstáculos que encuentre son meros accidentes y sabrá sortearlos con ligereza y prontitud”
Pareciera que africano sabía todo esto y al regresar de sus pequeñas sueltas llegaba lleno de vida, y siempre estaba alegre, el tenía una pequeña tabla de madera que era su paradero, el comía solo y bebía también solo en la misma, nos acostumbramos él y yo debido a su convalecencia y era nuestro ritual sagrado y su lugar sagrado, siempre susurrándole palabras de aliento.
 ¡Te aseguro que africano me entendía las palabras que le decía!
La suelta de cuatrocientos cincuenta kilómetros desde Juan Aldama, Zacatecas era la que seguía en la ruta de vuelo, debido a que se me complico mi regreso para el día sábado de enceste, seguía muy ocupado en el trabajo que estaba realizando y hable a la casa, -busca al Sergio para que enceste mis aves-
Pero el Sergio nunca apareció, al fin encontraron alguien que nos hiciera el favor de encestar las palomas.
Llegue el día domingo una hora antes de la posible hora de llegada del concurso.
¡No manches!
¿En dónde está el africano?
Lo busque con desesperación, a lo mejor anda afuera, pero nada…
Hablé por teléfono con el Javi, oye Javi, ¿No te llevaste por equivocación a un rodado oscuro que estaba en el palomar de vuelo?, -no sé, yo te enceste veinticinco palomas ayer-, gracias Javi.
 ¡Africano andaba en Juan Aldama!…
¡Carajo!
Y ahora…
Esperar y un milagro para que africano pueda llegar, difícil de pensar en ello, muy difícil.
“Pero la ilusión no se rompe mientras tengas esperanzas”
Seis de la tarde y los telefonazos no dejaban de sonar,-pues que paso, no he recibido nada, comentan que está lloviendo de regreso todo el camino y con fuerte viento en contra-
El día se estaba retirando y ya se estaban recorriendo las cortinas de la penumbra, el sol ya estaba casi abajo en el horizonte, solo colores naranjas se veían detrás de las montañas y el viento seguía soplando con ligera lluvia en Guadalajara.
Pero ya sabemos que no hay que abandonar un momento la trinchera de guerra del palomar, en un instante de distracción y la paloma llega.
Arriba de los árboles casi rozando las ramas salió una sombra que venía directa al palomar, su zigzagueo me confundía, volaba de lado o era por el aire que empujaba en esa dirección, en pocos segundos lo tuve arriba, si era él, ¿Cómo es posible lo que estaba  viendo?, pite y africano dio dos vueltas pequeñas y aterrizo en la rampa, se oyó el pitido de que ya había marcado el reloj, se espulgo el plumaje y camino con aire de grandeza para entrar al palomar, directo a su tablita de madera, su sagrado lugar de reposo, su hogar y le llevé comida con granos ligeros y su agua con electrólitos para hidratar al ave.
Le puse la mano para pelearlo como todos los días, me tiro dos aletazos, después me ignoro, pico unos granos y bebió en abundancia.
Le susurre unas palabras de aliento y de felicitación por su gran proeza, africano venció a todos mis voladores y quedo en quinto lugar en el club, fue un vuelo desastre, al día siguiente se recuperaron pocas aves.
“Cuando se logra una simbiosis entre paloma y palomero, la paloma puede realizar grandes proezas, africano aún con los grandes problemas que enfrento en la vida, siempre fue un ganador, ningún obstáculo lo venció, muchas palomas de carreras solo necesitan algo pequeño que la mayoría no somos capaces de adivinar para lograr algo que parece increíble, muchas veces no es el pedigrí, ni el dinero que costo, solo es que se posea el carácter y mordiente para no dejarse vencer y con esa pequeña motivación, puedes explotar la garra de una paloma de carreras”
“Nunca olvides en tu corta o larga vida en las palomas de carreras, que la lotería para que encuentres el gen egoísta, la mayoría de las veces lo encuentras en donde menos esperabas, en un volador que pasaba desapercibido en tu palomar de vuelo, o en una  pareja de reproductores que no era tu favorita, o en un pichón nacido en tu palomar de vuelo, pero sobre todo que muchos triunfos te llegan por una pequeña motivación que nunca sabrás, por eso siempre hay que ser muy observador para tratar de detectar esos pequeños motivos que valen oro y que hacen la diferencia”
 
 
 
                                                                   ----Fin----
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